El Sector Todos de Luis Lacalle Pou comenzó la «gestación» de las elecciones convencido de que el parto «tiene final feliz»
El sol de fines de enero comenzaba a calentar en La Paloma este sábado. Frente a la estación Ancap del balneario rochense, el nombre “Luis” se leía en gorros, banderas, camisetas y carteles. La carpa blanca elegida como centro de reunión para realizar el que en sus inicios fue un clásico encuentro del herrerismo, pero que mutó a una reunión anual del sector Todos, levantaba temperatura pero no solo porque el verano se hacía sentir. La temperatura era también electoral y se palpaba en la fiebre de la dirigencia que quiere y se imagina a Luis Lacalle Pou como el próximo presidente de la República.
El optimismo por lo que vendrá primero en junio y luego en octubre –y probablemente en noviembre- era tal que la presentadora del evento definió al congreso de este año como “el último como oposición”. “Se acabó el apronte. Ahora es la recta final y este año tenemos disco”, dijo ante las más de mil personas reunidas el senador Álvaro Delgado, seguido de aplausos que se repitieron a lo largo de las tres horas que duró el encuentro.
Delgado, uno de los principales dirigentes de las filas de Lacalle Pou, comparó los nueve meses que faltan para las elecciones nacionales del 27 de octubre con un parto. Y, en ese paralelismo, el optimismo también se sintió. “Falta una gestación para las elecciones. Vamos hoy desde La Paloma a gestar la victoria del Partido Nacional. El parto siempre es difícil, pero tiene un final feliz”, exclamó.
Con ese “vamos”, Delgado les hablaba a dirigentes y militantes con la intención de convencerlos de que el mensaje que deben trasladar a los posibles votantes es el que la oportunidad de ser gobierno está en el sector de Lacalle Pou. De hecho, cada discurso de los oradores intentó mostrar esa intención y por eso la palabra “oportunidad” no faltó en ninguno de los dirigentes que tomó el micrófono: el referente local y senador José Carlos Cardoso, la economista Azucena Arbeleche –integrante del equipo de técnicos de la agrupación-, el intendente de Florida, Carlos Enciso y los senadores Javier García y Luis Alberto Heber, entre otros.
Como posible ministra de Economía si Lacalle Pou gana, Arbeleche se encargó de demostrar por qué es posible “aprovechar las oportunidades que tienen Uruguay y su gente”. “Hay que diseñar políticas nacionales que nos permitan aprovechar las oportunidades que tenemos como país”, dijo y mencionó algunas vinculadas a la economía, como “revisar las compras del Estado”, “cuidar el empleo y avanzar en una solución de fondo con la seguridad social”.
A medida que se acercaba el mediodía el calor aumentaba adentro de la carpa y los organizadores decidieron acortar el evento y no abrir un espacio de preguntas para que el que se pretendía destinar una hora. Por eso, una vez que los senadores Delgado, García y Heber y el intendente Enciso pasaron mensajes enfocados en la necesidad de un cambio de gobierno, de buscar la unidad interna pero también el acuerdo externo y de “evolucionar” como sector y como gobierno, fue el turno de Lacalle Pou.
El precandidato se paró en medio de unas mesas colocadas en forma de herradura en la que estaban figuras de primera línea del sector, entre ellos su padre, Luis Lacalle, quien se abrazaba y sacaba fotos con militantes e integrantes del equipo de técnicos. La presencia del expresidente (1990-1995) era esperable por ser uno de los fundadores del encuentro. Pero su hijo quiso volver a dejar claro que el camino es la renovación.
“Siempre nos comparan con los más veteranos y está bien que nos pongan una vara. Pero somos hijos del mañana, no hijos del ayer. Si fuéramos iguales a Wilson Ferreira Aldunate, Luis Alberto de Herrera o Lacalle estaríamos equivocados, porque este es otro tiempo. Cambiaron los liderazgos. Todo es más intenso”, afirmó.
Al igual que quienes lo precedieron, el discurso de Lacalle Pou tenían un único rumbo: el de mostrar que existen oportunidades. ¿Por qué ese foco? El precandidato lo resumió con la palabra “cansancio”. “Estoy cansado de escuchar que esto no lo cambia nadie”, dijo y agregó: “Empiezo a creer que hay un interés detrás de decir que vamos a jugar al achique. Me niego rotundamente a pensar que los cinco años que vienen van a ser chauchas”.
El precandidato contó que encomendó a su equipo técnico a realizar un estudio sobre, precisamente, las oportunidades que tiene el país. “Obviamente hay debilidades y están a la vista, pero hay fortalezas históricas”, afirmó y mencionó al agro, a una “tradición histórica en educación y “una preciosa oportunidad en las relaciones exteriores”.
Para Lacalle Pou, por ejemplo, “oportunidad” implica “recuperar el gobierno de la educación” y viajar asiduamente a las capitales de Brasil, Argentina y Paraguay para reunirse con los presidentes de la región a negociar.
Las oportunidades también las visualiza con nuevas incorporaciones a su sector. Un ejemplo de eso fue la presentación pública del expresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá, quien aseguró haber llegado a la agrupación para “convencer a los blancos” de que tienen “el mejor partido y el mejor equipo”.
Dentro de esas incorporaciones, y también con la tónica del fútbol, escuchaba atento los discursos el exfutbolista Mario Saralegui, que comenzó a trabajar con el intendente de Artigas, Pablo Caram, otro de los que se sumó al equipo de Lacalle Pou hace relativamente poco.
Tanto los nuevos como los viejos militantes y dirigentes que se acercaron este sábado a La Paloma parecieron culminar la jornada más confiados en el resultado de las internas y de que la forma de salir victoriosos en octubre o noviembre es apostando a la unidad de todos los blancos primero, y luego acordando con los demás integrantes de la oposición.
Fuente: El Observador