El Senador Lacalle Pou efectuó fuertes críticas al gobierno en el Congreso de la Lista 404
En el Congreso de la 404 pidió cambios de políticas del Ejecutivo
Recién retornado al país de un viaje a Israel, el líder del sector Todos del Partido Nacional, el senador Luis Lacalle Pou, cerró el Congreso de la Lista 404 que se celebró ayer. Allí hizo fuertes críticas al gobierno y le exigió un cambio de rumbo.
La política económica, la de seguridad, la exterior y la corrupción centraron buena parte del discurso de Lacalle Pou, que duró poco menos de 40 minutos y fue interrumpido varias veces por los aplausos de sus seguidores.
Respecto de las políticas de seguridad del gobierno, el senador blanco aseguró que «fracasaron» y reclamó al Ejecutivo «bajar el nivel de soberbia» e implementar cambios. Asimismo, reclamó un mayor respaldo a la Policía para que ejerza la prevención del delito, no sin aclarar que no estaba pidiendo «gatillo fácil».
También volvió a exigir la implementación de un registro de abusadores de menores. «No puede ser que a quien no paga una cuota de un electrodoméstico se le decrete la muerte civil mandándolo al clearing, y que al que viola a un menor no se lo pueda registrar», dijo el legislador blanco.
En materia económica, Lacalle Pou puso un fuerte énfasis en la pérdida de empleos que viene sufriendo la economía en los últimos años. Se preguntó qué está haciendo el presidente de la República para revertir ese fenómeno y aseguró: «Ya lo dije tiempo atrás, está en le escollera Sarandí con las patas en el agua (…) esperando que alguien se apiade de Uruguay y nos venga a comprar no sé qué».
También criticó al Frente Amplio por bloquear la firma de un Tratado de Libre Comercio con Chile y reclamó mayor apertura de la economía al mundo.
Un capítulo aparte le mereció la corrupción, la que «hace perder plata a la sociedad» y con la que hay que ser «muy severos». Dijo que los uruguayos pagan tarifas caras porque políticos metidos a empresarios «se patinaron fortunas» y «tienen la suerte de que ni siquiera van a ir presos».
Fuente: El País