La gira del Senador Lacalle Pou y el Ex Diputado Gonzalo Mujica
Lacalle Pou recorrió el país con Gonzalo Mujica para animar a futuros votantes a «cruzar el puente» electoral
Durante casi una semana, el interior del país tuvo un poco de olor a campaña electoral. El líder del sector Todos y senador nacionalista, Luis Lacalle Pou, sumó cientos de kilómetros en su primera gira con un objetivo claro: presentar a los militantes a la nueva incorporación del sector, el exdiputado frenteamplista Gonzalo Mujica. En seis días visitaron 17 departamentos y cada uno funcionó como un laboratorio. El experimento en esos laboratorios del norte, sur, centro, este y oeste del país era la reacción de quienes se dicen blancos al escuchar a un exfrenteamplista hablar de cambios, de dejar atrás la continuidad y apostar al Partido Nacional.
Esos experimentos tuvieron un extra que para Mujica no era tan esperado. En sus recorridas, en las que debió acostumbrarse a eso de las selfis y algún que otro autógrafo, comenzaron a acercarse quienes se decían votantes frenteamplistas, camuflados entre los blancos, que lo felicitaron por la decisión y le dieron a entender que iban a plantearse seguir sus pasos.
«¡Bienvenido!», gritó un militante nacionalista el sábado 21 en una agobiante atardecer en Salto. El resto de las más de 300 personas que se juntaron en la sede departamental del Partido Nacional coreó al unísono un «¡Viva la patria!», seguido de aplausos y banderas moviéndose pese a la falta de viento.
Lacalle Pou confiaba en que el ambiente salteño iba a ser de fiesta. «Hace dos días que andamos en esta gira y Salto nos inyecta siempre alegría», dijo al comenzar su discurso en la calle, que debieron cerrar para que los autos dejaran lugar a los militantes. Para ese entonces, Mujica y el líder de Todos ya habían recorrido otros cinco departamentos, en los que el concepto de «tender puentes» estuvo siempre presente.
Ese fue el foco y el nombre de la gira. Lacalle Pou quiso demostrar a sus futuros votantes que «hay lugares que necesitan ser cruzados» y Mujica fue el mejor ejemplo para ello. Un hombre que perteneció al Espacio 609, dentro del Movimiento de Participación Popular (MPP), y que luego de un tiempo resolvió abrirse, votar separado del resto de su partido –lo que atentó contra la mayoría del partido de gobierno– hasta dejar su banca en Diputados, irse del Frente Amplio y enviar sus ideas a dirigentes de diferentes partidos. En ese proceso, el nombre de Lacalle Pou le retumbaba en la mente, hasta que el 18 de abril en Montevideo, el puente se cruzó oficialmente en un acto colmado de dirigentes y militantes. ¿Por qué ir ahora al interior del país?
«Estamos intentando transmitirles a los uruguayos que la distancia entre los problemas y las soluciones se resuelven uniéndonos». Gonzalo Mujica, exdiputado del frente amplio.
A Lacalle Pou no le bastaba con presentar a Mujica. Tenían que ver juntos si ese discurso basado en la teoría podía pasarse al hecho. Fue precisamente al recorrer capitales del interior que el exdiputado comenzó a darse cuenta del impacto de su decisión. «Me sorprende la cantidad de frenteamplistas que se me acerca», decía cada vez que subía al auto para rumbear al próximo discurso, mientras guardaba tarjetas personales de dirigentes, ciudadanos y militantes que no eran solo blancos.
En más de un acto, Lacalle Pou ejemplificó lo que le pasaba a Mujica con una anécdota que vivió al comenzar la gira. Cuando el viernes 20 llegaron al hotel en el que pasarían la noche en Mercedes (Soriano) el senador saludó a Nicolás, el recepcionista, al que ya conocía de otras recorridas. Según contó al otro día en Paysandú y luego repitió en Artigas, Rivera y Tacuerembó, fue la primera vez que sintió que Nicolás lo miraba diferente. Y de la mirada pasó al dicho. El hombre le dijo, con un poco de timidez, que había votado al Frente Amplio pero que se estaba planteando cambiar su voto. «Me lo dijo y no lo dijo por mí, lo dijo por Gonzalo. Siempre hay alguien que se anima y que banca», remató la anécdota, que le sirvió para dar lugar a otro concepto que quiso dejar claro en sus días de recorrida junto al exfrenteamplista, el de «abrir la cabeza».
«Hay buenas personas en todos lados. Preparémonos para abrir la cabeza para que la gente con buenas intenciones, con ganas, encuentre en el Partido Nacional no un partido que se cierra sobre sí mismo», les dijo, por ejemplo, en Paysandú, no solo a los dirigentes –que estaban sentados en primera fila– sino más que nada a futuros votantes y militantes.
A Lacalle Pou no le bastaba con presentar a Mujica. Tenían que ver juntos si ese discurso basado en la teoría podía pasarse al hecho.
Mujica siguió esa línea durante toda la gira y lo transmitió con la misma confianza con la que decidió dar el paso hacia el sector de Lacalle Pou. «Hay que animarse a perder afectos, a perder amigos, hay que animarse a recibir insultos, incomprensión. Muchas veces, la mayor parte del tiempo, el único premio que recibimos es seguir reconociéndonos a nosotros mismos», dijo en el norte del país.
Durante esos días de recorrida nacionalista, el exdiputado recibió algún que otro llamado y mensaje frenteamplistas que le dejó claro que, aunque intentara lo contrario, había amigos que iba a perder inevitablemente. También tuvo de los otros, de esos de apoyo y comprensión de excompañeros de Parlamento que no compartían su decisión, pero llegaron a entenderla. Los primeros no lograron sacarle la calma. Los segundos, lo impulsaron un poco más a dar el siguiente discurso en un nuevo departamento que visitaba junto a su nuevo líder. No en vano, en una de las tantas recorridas eligió rematar con el disfrute: «Estoy disfrutando de lo que estoy encontrando del otro lado del puente. Nos vamos a seguir viendo, no pierdan cuidado».
Pese a que ir a buscar a quienes los politólogos han dado por llamar «desencantados» es una estrategia que parece obvia, tanto Lacalle Pou como Mujica tuvieron claro durante los kilómetros recorridos juntos por primera vez, que convencerlos de «cruzar el puente» no es lo único que les hace falta mientras octubre de 2019 se acerca.
Por eso, el líder nacionalista pidió más de una vez a quienes, con banderas, boinas y calcomanías reafirmaron su convicción de votarlos, que sean pacientes y dejen «canalizar el cambio sin demagogia y con respeto». En sus palabras, también le hablaba a los dirigentes, mientras Mujica asentía con la cabeza, ante aplausos y algún que otro vitoreo.
La duda de los votantes
Algunos llegaron a caballo, otros en auto y más de uno caminando. Los militantes blancos del norte del país que sienten que Luis Lacalle Pou es su líder se acercaron a escucharlo y a conocer a Gonzalo Mujica, a quien les presentó como un nuevo jugador del plantel que está conformando y en el que seguirá jugando «con la 9». Muchos no fueron solo a escuchar y saludar a los visitantes, sino a despejar dudas. Entre ellos, se encontraba un votante de Tacuarembó que estaba sentado en las primeras filas de la sede del Partido Nacional de ese departamento. «Hay una masa de gente que no ve todavía en el Partido Nacional un partido en el que puede confiar. ¿Cómo tenemos que hacer?», preguntó y Mujica respondió: «La gente tiene que ver más un Partido Nacional que habla de los problemas del país y no exhibe los problemas del partido».
Fuente: El Observador