“El Partido Nacional tiene el gran desafío de no seguir corriendo de atrás a la realidad” opinó Argimón, quien hoy asume la Presidencia del Partido Nacional
Entrevista de Federico Castillo.
Un cuadro inmenso con la figura de Gumersindo Saravia arriba de un caballo. Un busto de Leandro Gómez, una pequeña escultura de Luis Alberto de Herrera. Un retrato de Wilson Ferreira, otro de Aparicio Saravia. Una gran pintura, señorial, con marcos dorados, en la que se ve a Manuel Oribe. Y en el medio de tanto caudillo de bronce, sentada en esta sala de la sede del Partido Nacional, Beatriz Argimón. La dirigente blanca será la primera mujer en los 181 años del partido en presidir su directorio. Y aseguró que lo hará con una impronta que buscará “modernizar” a una colectividad que —admitió— tuvo que pasar por un “proceso muy fuerte” para permitir la presencia femenina al frente. “Cuando una mujer llega a cargos de estas características siempre hay una dirigencia masculina con cabeza abierta que acompañe”, sostuvo.
En entrevista con Búsqueda, Argimón dijo que el cargo que asumirá el próximo lunes 16 será funcional al diálogo que se debe tener con el resto de los partidos políticos ante una “oportunidad histórica” de llegar al gobierno, que ve asomando en el horizonte. Y opinó que pese a que le “encantaría” que una mujer integre la fórmula presidencial, no cree que es algo que se deba imponer. “Soy muy respetuosa de las negociaciones después de una interna”.
—¿Por qué demoró tanto el Partido Nacional en tener una mujer al frente de su directorio?
—Aprendí en el tema del acceso de las mujeres al poder político que cada partido tiene sus tiempos. Y esto se da después de un proceso interno muy fuerte que tuvimos. Acá hicimos un proceso, la dirigencia, pero también las propias mujeres. Un partido que arranca tan igualitario, que se define como el defensor de las leyes, siempre tuvo a las mujeres en su estructura. Sin embargo, no se las veía como actores políticos. Pero ese es un proceso que también la mujer fue llevando. La mujer tuvo que aprender a posicionarse como actor político, que tiene su plataforma su estrategia, que tiene que negociar. Y nosotras no estábamos habituadas a eso. Entonces, hay un mojón muy fuerte que es la primera ley de cuotas. Yo estaba convencida de que si bien electoralmente de pronto no veíamos los resultados que queremos, iba a obligar a la estructura a mirarse. Y a las mujeres a posicionarse. Y ahí arrancó un proceso muy interesante. Bien distinto al de los otros partidos políticos.
—¿Por qué?
—Porque otrora el Partido Colorado había hecho cuestión con el tema de las mujeres por un tema coyuntural, porque el Frente Amplio tenía dentro de la coalición partidos con cuotas y entonces el debate fue más continuo. En cambio, acá fue bien diferente. Se dio un fenómeno que es que las mujeres empiezan a reivindicar también el pasado. Si vos venías el año pasado a la sala del Directorio del Partido Nacional, no había una sola mujer entre los cuadros. Hasta que las mujeres pidieron que sea Josefa Oribe, que fue una mujer de armas tomar, emblemática, y que las propias mujeres salimos a reivindicar. Las que resistieron con Leandro Gómez en Paysandú, las lanceras de Aparicio Saravia. Hay investigadores que nos acercan nombres de algunas que se conocieron. Por eso digo, fue un proceso que nos implicó conocer nuestra propia historia desde el punto de vista femenino…
—Pero tuvieron que buscar, no era algo que emergiera naturalmente. Hubo que rastrear, hurgar sobre la importancia de la mujer en el Partido Nacional.
—Sin lugar a dudas. Pero por eso lo lindo del proceso. Y hoy por hoy lo disfrutamos todos. Nuestros compañeros reconocen a Josefa Oribe, hay libros que hablan de la resistencia de Paysandú. Hay historiadoras como María Julia Burgueño que se están especializando en el tema de las mujeres y el Partido Nacional. Por eso digo que fue un proceso bien distinto y doy gracias de poder haber sido parte.
—Recién mencionó lo de la ley de cuotas como un mojón. Justo en el Partido Nacional no se cumplió.
—No, la ley se cumplió.
—Graciela Bianchi salió electa senadora y, sin embargo, Álvaro Delgado ocupó su lugar.
—Esto lo digo siempre: yo vi a la ley de cuotas como una herramienta movilizadora. Fui una de las firmantes de la ley de cuotas y era una ley con suplencias del mismo sexo. Después eso varió. La ley de cuotas se tiene que cumplir, y, de hecho, se cumple. Graciela hizo una opción. Que también la hacen los hombres. A mí eso no me pareció tan importante. Lo que sí me parecía importante era lo que iba a implicar esto en la interna del partido. La ley implicó que nosotras cambiáramos. Y después, siguiendo procesos latinoamericanos y aun europeos, cuando una mujer llega a cargos de estas características siempre hay una dirigencia masculina con cabeza abierta que acompañe.
«Pienso profundizar y acelerar ciertas líneas de trabajo que vienen de la anterior gestión, que tienen que ver con la comunicación y con un proceso de modernización del partido. Vamos a tener un formato de televisión vía Facebook»
—¿En este caso a quién individualiza?
—Sin lugar a dudas a Luis Lacalle Pou, que es quien me propone. Y me consta el apoyo de Jorge Larrañaga, porque me lo hizo saber, y porque con él trabajé el tema de la ley de cuotas. Esto es fruto de trabajo compartido. Y esto lo puedo decir ahora en perspectiva histórica. Porque en su momento… yo no entendía cómo no veían un proceso que yo sentía tan vivo. Por eso digo, fue un aprendizaje superinteresante y que se da cuando hay liderazgos masculinos con cabezas abiertas y diferentes.
—Ahí asume que este es un partido que tradicionalmente ha sido… no sé si utilizar la expresión machista o conservador.
— … No, ¿sabes lo que es? Es un partido con una estructura muy sólida. Por eso vivimos 181 años. Dentro de ese marco de estructuras tan sólidas, hay nuevos protagonismos que no responden a lo que era la lógica de otros tiempos. No te olvides que antes la mujer no actuaba en política en cuanto candidata. Me recibí de escribana el 28 de julio de 1989. Cuando llego a casa mis padres estaban esperando que la nena llegara, les digo que además de recibirme, en noviembre iba a ser candidata a edila. Las caras de mis padres fueron como que dijeran: “¿Pero qué te pasa? Se acaba de recibir y parece que su cabeza está focalizada en otra cosa”. No era como ahora, que si una hija le dice al padre que va a ser política está todo bien. Ahora como madre me doy cuenta de las caras de mis padres.
—¿Cuál va a ser la impronta que le dará al directorio?
—Pienso profundizar y acelerar ciertas líneas de trabajo que vienen de la anterior gestión, que tienen que ver con la comunicación y con un proceso de modernización del partido. Vamos a tener un formato de televisión vía Facebook.
—¿Para qué tipo de eventos?
—Para programas de debate y de información. Si bien estamos convencidos de que no va a haber nunca en política una militancia mejor que el mirar a la gente, estamos dispuestos a optimizar todas las herramientas de comunicación que se puedan utilizar. También con una presencia muy fuerte del partido a nivel social, un involucramiento social, mostrando realmente lo que nos interesa. Nunca logramos comunicarlo bien, pero acá, desde el Centro de Estudios, se generan cuadros. Estamos preparando cuadros para gobernar. No va a haber mucho tiempo para implementar medidas que las nuevas generaciones tienen que tener en marcha en el próximo gobierno si queremos estar a la altura de los tiempos que corren. Antes había mucho tiempo para tomar decisiones, hoy por hoy, entre que nos parece que cambios que tenían que haberse dado no se dieron acorde a los tiempos, y el que siglo XXI viene con cambios cada vez más rápidos, nos parece que los nuevos cuadros políticos tienen que adaptarse a lo que va a ser realmente poner a Uruguay en el siglo XXI. Desde una respuesta a un contexto internacional diferente, todo tiene que ser más rápido. Y no solo en el relacionamiento interno. Tenemos que mostrarle a la ciudadanía lo que es el Partido Nacional del siglo XXI.
—¿Qué importancia cree que le dan los propios líderes partidarios al directorio?
—Obviamente cuando recién arrancó este directorio, todo el mundo decía que sin la presencia de los líderes va a ser un directorio con problemas, con poco peso, simplemente para cumplir con la carta orgánica. Y sin embargo, yo que tuve la suerte de estar en un directorio con líderes fuertes y después pasar a este, se dio un proceso que no sé si visualizó muy bien y es que hubo una conjunción generacional muy interesante. Todos habíamos militado juntos. Es la generación que militó a la salida de la dictadura. Se nos hizo muy fácil trabajar juntos. Aprendimos a militar en la clandestinidad, fuimos a una elección con nuestra líder natural preso, fuimos gobierno, perdimos elecciones. Todo lo hicimos juntos. Y eso permitió una interacción muy fuerte con los más jóvenes. Los tiempos corren, los procesos son más rápidos. Y es un momento muy fermental en la vida del partido. Es un desafío, es muy estimulante, y de mucha responsabilidad.
—¿Cómo va a operar la cuestión de género en este partido bajo la presidencia de una mujer? En su momento hubo alguna polémica cuando se colocó en la sede una balconera con los colores de la diversidad sexual, y hace poco se aprobó un planteo para colocar un lazo amarillo que celebra el Día del Niño por Nacer, en contra del aborto.
—Yo apoyé ese planteo de Carlos Iafigliola. En la última convención hubo una propuesta para adherir a todos los días internacionales que convocaran a la sociedad. Lo que hace el directorio es cumplir con lo que aprobó la convención, entonces a mi me pareció bien el planteo de Iafigliola. Acá dentro lo fundamental es la libertad, acá tenemos que respetar al que piensa distinto. No hubiéramos podido perdurar 181 años con pocas veces en el ejercicio del gobierno si ese no fuera nuestro estilo. Es un ejercicio permanente. Creo que tener una mujer a la cabeza del partido cambia. Cambia desde visualmente, que no es menor, hasta la forma de interactuar con nuestros líderes y con los de otros partidos. Me siento cómoda hablando y discutiendo con mis compañeros y con otros de la oposición. El momento histórico que estamos viviendo requiere de mucho diálogo.
—¿O sea que cree que una mujer al frente del directorio va a ser un activo a la hora de dialogar con el resto de la oposición?
—Siento que nuestro rol articulador cumple en estos tiempos un papel importante: de mucha unidad en la interna y de mucho diálogo con otras fuerzas políticas.
—Hubo un planteo del intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, de crear una especie de estructura paralela al directorio para que se ocupe de cuestiones electorales. ¿Está de acuerdo?
—Más que estar por fuera del directorio, la idea es que el directorio quede suelto de esta parte. Lo comparto, creo que hay que debatirlo con el resto de los sectores. Pero me parece muy bien todo esto que está pasando en la interna.
—¿Qué en concreto?
—Que además de los sectores de Lacalle Pou y Larrañaga esté por formarse un grupo que va a tener su expresión electoral. El Partido Nacional tiene que tener opciones. El blanco crece de esas opciones.
—¿Está a favor de que haya elecciones internas?
—El que es blanco concibe a las internas como muy pasionales, y esto estimula, hace que se milite. Lo que sí es que se tiene que dar en un marco de intercambio fraterno. Pero la competencia siempre es buena. Y esta interna pinta ser diferente, con mucha militancia, pero con perspectivas de ser gobierno. Va a estar muy presente este tema. Hay diferencias y las va a seguir habiendo, pero se tiene claro que en esta oportunidad el partido está preparado para ser gobierno.
«Esta interna pinta ser diferente, con mucha militancia, pero con perspectivas de ser gobierno. Va a estar muy presente este tema»
—¿Cree que tiene que haber una mujer en la fórmula presidencial sí o sí?
—Cuando venís de una interna, hay una negociación. Y puede ser una mujer o un hombre. A mí me encantaría que hubiera una mujer, imaginate. Pero yo en eso…
—No es partidaria de que sea una imposición.
—Me encantaría que hubiera una mujer, pero también soy muy respetuosa de las negociaciones después de una interna. Creo que eso da credibilidad a una interna. Sí me parece que en esta elección va a haber muchas compañeras —es el caso de Verónica Alonso, de Adriana Peña y muchas más— que van a tener su propia estrategia.
—Un tema que va a heredar es todo lo relacionado con la ética de los dirigentes políticos, que desde lo del intendente de Soriano, Agustín Bascou, hasta los exdirectores blancos del Banco República, ha sido una cuestión permanente arriba de la mesa.
—Son momentos de cambios. Y los cuadros partidarios tienen que tener el tema de la ética acorde a las exigencias de los nuevos tiempos. Vamos a tener un debate sobre la ética en el Uruguay del siglo XXI. Los parámetros éticos van cambiando. Y el cuadro político tiene que estar formado en esa ética. Vamos a preparar jornadas de trabajo interno sobre este tema. Nos parece indispensable. Hoy hay una sociedad que reclama otros parámetros éticos. Es un debate bien interesante que los políticos tenemos que dar, muy especialmente para quienes en el futuro accedan a lugares de decisión. Son otros tiempos, hay otros requerimientos. Y si querés hacer política, tenés que estar a la altura de lo que la gente está exigiendo. Lo que no quiero que el debate ético limite los otros debates. Tengo una obsesión con el tema de que las nuevas generaciones tengan un país funcionando de los nuevos tiempos, y no vivir mirando para atrás. Estoy muy apurada en mirar para adelante. Los debates tienen que ser profundos, pero mucho más acelerados. Hace unos años las familias seguían pensando en las opciones de trabajo tradicionales para sus hijos. Cuando mi hija le dijo a mi madre que iba a ser directora de arte en películas, mi madre me miró y me dijo: “La vas a mantener toda tu vida”. Mi hija no ha parado de trabajar. Acá y afuera. Y el sistema todavía está en debate. Por suerte tenés una generación que sabe que puede trabajar para el mundo. Y cuando van a pedir ayuda crediticia para comprar un software los miran y les dicen que para eso no. Ahí vos ves que la realidad va más allá. Cuando ves que los jóvenes empiezan a interactuar con otros mercados, sin ayuda alguna. La gente joven va por ese lado y nosotros estamos evaluando… el sistema educativo de no sé qué y estamos discutiendo si tienen que repetir o no. Siento que el Partido Nacional tiene el gran desafío de no seguir corriendo de atrás a la realidad. Siento que en todo estamos corriendo de atrás. Y ese es parte de mi acelere.
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