Director Labat: Ancap va “a estar de verdad bien el día que tengamos resultados positivos con precios competitivos de los combustibles”; si no, el resultado es artificial
MILIANO COTELO (EC) —Ancap obtuvo ganancias en el año 2017 por US$ 39 millones. Para la presidenta de la empresa, Marta Jara, son resultados muy “alentadores”, que muestran que los cambios importantes que se están haciendo empiezan a reflejarse en los números.
Es el segundo año consecutivo en que Ancap presenta utilidades luego de las pérdidas millonarias, de casi US$ 800 millones, que se dieron a lo largo de cinco años, entre 2011 y 2015, y que obligaron a una capitalización a cargo de Rentas Generales por US$ 625 millones.
Durante la conferencia de prensa que se llevó a cabo ayer, en la que estuvo el directorio de Ancap, pero también la ministra de Industria, Carolina Cosse, y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García, se detalló el resultado de cada una de las unidades de negocios de Ancap. Las divisiones Combustibles y Lubricantes siguen siendo superavitarias, pero a niveles menores que en 2016. La primera tuvo utilidades por US$ 82,4 millones y la segunda, por US$ 2,4 millones. Mientras tanto, los negocios de gas y pórtland redujeron sus pérdidas, pero se mantuvieron deficitarios, US$ 982.000 en el primero y US$ 12 millones en el segundo. En tanto la empresa ALUR redujo sus pérdidas, pero se mantuvo como una colateral deficitaria, con pérdidas el año pasado de $ 48 millones.
¿Cómo se observa esta evolución, cómo se examinan estos números desde la oposición?
Vamos a conversarlo con el único representante de la oposición que integra el directorio, el contador Diego Labat, del Partido Nacional.
Para comenzar, le pido una consideración general.
DIEGO LABAT (DL) —Mi primera consideración es tomar como muy positiva la presentación de ayer, ya se llevan tres presentaciones de resultados en las que se muestran al público y a todos los uruguayos, en forma bien transparente, los resultados de la empresa. Eso, que capaz que parece muy obvio y capaz que se hace en todas partes del mundo, acá no se hacía y ahora se está haciendo. Entonces una primera consideración es que la gente, la población, vea y pueda tener claros todos los números de la empresa.
Además es importante que el resultado haya sido positivo, quizás no sea una rentabilidad espectacular, pero haber ganado unos US$ 40 millones también es una buena cosa, pone a la empresa en marcha. Entonces por ahí mis primeras consideraciones son positivas. Después obviamente tengo algunas diferencias con la visión que se dio ayer, sobre todo en algunos puntos concretos.
EC —¿Cuáles serían esas diferencias?
DL —Los números son los números, eso está claro y son compartidos, son números auditados, no se discuten. Pero de los números uno puede sacar distintas conclusiones. Y se han hecho algunas conclusiones, sobre todo sobre el tema de la refinación y los beneficios de la refinación, que personalmente no comparto. Creo que el análisis tiene que ir por otro lado, ahí las conclusiones que se sacan de los mismos números no son las mismas.
EC —Se refiere al énfasis que puso la presidenta de Ancap, Marta Jara, en lo que debe hacerse con los combustibles en nuestro país. Destacó que sigue siendo más rentable importar crudo y refinarlo en Uruguay que importar naftas y gasolinas. ¿Qué piensa usted?
DL —Creo que no se pueden sacar conclusiones. Ahí básicamente lo que se mostró es lo que se llama el margen de refinación, que es cierto que es un número positivo, que refinar le agrega valor, pero hay que saber que esa medida, por ejemplo, no tiene en cuenta los costos fijos de la empresa, no tiene en cuenta las amortizaciones de la propia refinería, no tiene en cuenta el capital que hay invertido ahí, hay una serie de factores que no tiene en cuenta. Entonces la medida está bien, está bien hecha, correctamente hecha, pero es para medir otra cosa, no para definir si conviene refinar o importar.
EC —Por lo tanto, ¿para usted este es un asunto que hay que discutir?
DL —Ah, creo que sí.
EC —Porque ayer en la conferencia de prensa la conclusión era que este asunto, por lo menos para las autoridades, estaba laudado.
DL —En mi opinión no.
EC —Incluso se enfatizó en que no es una visión ideológica la que se está manejando.
DL —Esa aseveración no la comparto. Creo que el país sí se debe un debate, pero que no tiene que ser refinería sí, refinería no, sino que el centro de la cuestión como país tiene que estar en cuál es la forma de organización de este mercado que haga que los uruguayos tengan el precio del combustible más barato. Ahí tiene que estar el centro, y comparto que no tiene que estar en cuestiones ideológicas. Eso está claro, no tiene que pasar por la ideología, el centro debe estar en que un insumo clave de la producción y el consumo de la gente, como es el combustible, tiene que lograrse a los precios más baratos. ¿Cómo es eso? Con refinería, con importación. Lo que digo es que a partir de los números que se mostraron ayer y de este indicador no se puede concluir muy fácilmente que conviene refinar, que la refinación está agregando valor. Creo que esa aseveración no se puede hacer y no es tan sencillo como decir “lo diría cualquiera”. No lo diría cualquiera.
EC —Veamos otras diferencias suyas con el planteo que se hizo ayer en la conferencia de prensa.
DL —Comparto que empezamos este directorio hace dos años, con una empresa muy complicada, y se han hecho un montón de avances. Hay un montón de mejoras en la gestión, buenas prácticas, desde tener un gerente general, que no había, cuestiones que hacen a la transparencia, por ejemplo instalar un comité de auditoría, esto de mostrar los números, se ha logrado un equilibrio financiero, hoy Ancap paga sus cuentas, tiene saldo en la caja. Es decir, es una empresa organizada, le queda muchísimo por hacer, pero se han dado muchos pasos que van en ese camino. Incluso en la propia gestión, porque ha habido ahorros importantes por ejemplo en el consumo de energía de pórtland, algunas empresas se han reestructurado, como se dijo, yendo hacia el negocio central de Ancap, que es el de los combustibles. En eso hay un panorama respecto al cual soy optimista y positivo.
Después creo que con algunos números uno no puede ser tan optimista como se fue. En el negocio del pórtland el resultado se redujo de US$ 25-27 millones de dólares el otro año a US$ 12 millones, eso es muy bueno.
EC —El resultado en pérdidas.
DL —El resultado de pérdidas, en vez de perder US$ 25 se perdieron US$ 12 millones. Eso muestra el esfuerzo que se hizo en ahorro de energía, en algunos planes de incentivos. Es decir, hubo un esfuerzo y un trabajo, que reconozco. Pero me cuesta ser tan optimista como para decir “vamos por el buen camino”. Yo digo: se han hecho cosas bien, pero no me queda claro que esto naturalmente va a llegar a cero y después a positivo. Porque hay resistencias, va a haber que seguir tomando medidas más duras…
EC —Esto tiene algo que ver con esa movilización que la Federación Ancap (Fancap) desarrolló ayer durante la conferencia de prensa. La forma como el gremio se planta frente a algunas de las medidas que están en estudio. En el caso concreto del pórtland, ¿qué hay que hacer?, ¿qué es lo que habría que seguir haciendo para que los números se acomodaran efectivamente?
DL —Lograr niveles de producción bastante más altos que los que tenemos. Ayer se mostró un aumento del nivel de producción de 1,7 %; eso para mí no es suficiente, por lo menos no me hace tener una visión optimista hacia delante. Probablemente además haya que continuar con la rebaja de costos, probablemente con nuevos planes de incentivos.
EC —Planes de incentivos para el retiro de funcionarios.
DL —Por ejemplo.
EC —La rebaja de costos pasa por reducir la plantilla, entre otras medidas.
DL —Sí. Por eso digo que el hecho de que uno haya bajado de 25 a 12 no necesariamente implica que el año que viene estemos en cero. Por lo menos como está dada la situación. Ojalá me equivoque, pero esto no es una tendencia natural al cero, hay que seguir trabajando. Por eso si bien la cifra ha mejorado, y por eso reconozco el trabajo y reconozco que se han hecho esfuerzos importantes, creo que no alcanza y que hay que apurar el tranco.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Usted mencionaba lo de la gestión de la cal y el cemento, pero ¿qué pasa con las otras unidades o las otras empresas que forman parte de Ancap que todavía siguen siendo deficitarias, como por ejemplo ALUR, que ha sido muy cuestionada?
DL —En el caso de ALUR hay alguna particularidad, el resultado de ALUR es una pérdida relativamente pequeña, por lo menos en comparación con años anteriores.
EC —Una pérdida de $ 48 millones en este caso.
DL —Sí; es una pérdida que se da por algunos ajustes menores en las inversiones, pero ese resultado, al igual que el general de Ancap –que capaz que no lo mencioné– se sostiene en base a precios de biocombustibles que todavía son muy caros. El precio que paga Ancap por los biocombustibles es exactamente el costo que tiene ALUR, por eso si los costos son muy altos eso va al precio. Entonces que ALUR tenga o no pérdidas no tiene que ser el centro. Del mismo modo que el hecho de que Ancap gane US$ 40 millones o gane US$ 20 o gane US$ 30 no debiera ser el centro. Tener un resultado positivo es importante por el equilibrio financiero de la empresa, pero lo importante es tener un resultado positivo de equilibrio con precios de los combustibles en niveles competitivos. El problema es que hoy el resultado de Ancap se sostiene con precios de los combustibles que no son competitivos. Por eso pongo en cuestión ese optimismo que se muestra. Está bien el resultado positivo, lo festejo y lo aplaudo, pero vamos a estar de verdad bien el día que tengamos resultados positivos con precios competitivos. Si no se está sosteniendo artificialmente un resultado.
EC —Acá volvemos a un mensaje que mandaba hace un rato un oyente, Ángel: “Creo que deberíamos comenzar a hablar de que la empresa da una utilidad positiva, pero con un subsidio implícito en el precio del combustible. Pensemos que sin el subsidio Ancap sería deficitaria en cientos de millones de dólares”. ¿Usted tiene un número de cuánto suma el subsidio implícito, cuánto estamos pagando de más por año en el conjunto de los combustibles los uruguayos?
DL —No, no tengo el número, pero hoy estamos pagando $ 8 el gasoil por encima de lo que sería la paridad de importación y entre $ 4 y $ 5 el precio de la nafta. Eso por 900 millones de litros de cada uno va a dar un número bien grande, varios millones de dólares. Notoriamente hay un resultado positivo, pero que sí, está subsidiado por precios que pagan todos los consumidores. Eso es lo que creo que hay que tener en mente, mucho más que si el resultado es 40 o es 38. Por eso me parece que están bien estas instancias, es muy buena rendición de cuentas, solo que la lectura capaz que no tiene que ser tan optimista como fue.
RA —Entonces uno diría que para que los números de Ancap efectivamente se reflejaran en una mejora del precio de los combustibles que pagan los uruguayos, habría que tomar una resolución de fondo, no medidas menores sino ir a lo sustancial. Estoy pensando en lo que usted comentaba respecto a la refinación, el debate sobre refinación sí o no. Analizando la paramétrica que se utiliza, Ancap está considerando un precio de barril de petróleo a US$ 63 y está por encima de eso. Si uno mira los números así, Ancap no estaría en condiciones de bajar, incluso capaz que tendría que subir. Entonces ¿por dónde pasa la solución? Directamente por cerrar la refinería y abocarse a la importación.
DL —No quise decir eso hoy. Sí creo que el centro del debate tiene que estar en cómo bajar los precios. Y no hay que descartar ninguna opción, probablemente haya que poner arriba de la mesa la posibilidad de importación. Lo otro que yo decía es no se puede concluir de un indicador, como se hizo ayer, que una opción es mejor que la otra. El debate debiera ser bastante más profundo, porque hay un montón de aspectos que a veces se soslayan, como la propia logística, es decir, si se quisiera importar por dónde se importaría. Hay un montón de elementos que hacen que el debate tenga que ser mucho más profundo y más serio. Y a veces las opiniones se van a los extremos. Creo que no se puede negar ninguna de las posibilidades a priori, sino que el debate tiene que estar y dentro del abanico de opciones tiene que estar la posibilidad de importar.
EC —¿Y dónde sigue este debate?
DL —Hoy no ha estado, ha habido algunos, yo en particular, que hemos tenido algunos ámbitos más académicos, pero hoy el debate no está planteado porque el gobierno no plantea eso. El gobierno tiene la visión de que lo mejor es la refinación y la defiende, y está bien. Entonces me parece que hoy en el debate político no hay espacio para eso. Más adelante habrá.
EC —Ayer la ingeniera Jara habló de la necesidad de “hacer un alto estratégico” este año para tomar algunas decisiones. ¿Usted tiene claro de qué habla?, ¿cuáles son las que están arriba de la mesa?
DL —No sé si se refería a algo concreto, eso lo tendría que responder ella. Pero sí entiendo y comparto que este directorio, por las razones que todos conocemos, con la capitalización, con todos los problemas que tuvo Ancap y el cambio de directorio, en lugar de cinco años de gobierno va a tener cuatro, porque en el primer año estuvo otro directorio. Estamos en la mitad de esos cuatro años, se cumplieron dos, faltan dos más, y probablemente sea un buen punto de inflexión para empezar a pensar la Ancap para adelante o el tema de los combustibles hacia delante. Creo que eso sí es un buen punto. Y eso pasa por pensar en incorporación de tecnología, cambiar algunos procedimientos, esta discusión del transporte fluvial que anda por ahí. Creo que, acomodada la casa, mejorados una serie de aspectos que capaz que en cualquier empresa eran básicos pero que en Ancap no los teníamos, ahora que están acomodados en muy alto porcentaje sí estamos en un momento en el cual hay que empezar a mirar para adelante. Eso en Ancap lo hemos empezado a hacer, desde pensar en el auto eléctrico hasta otros desafíos que nos plantea la tecnología y hacia dónde va el mundo.
EC —Ese es un punto bien interesante y no aparece casi nunca en la discusión. Los combustibles fósiles están en principio cuestionados, estamos yendo a vehículos eléctricos. Por lo tanto una parte importante del negocio y de la razón de ser de Ancap se va a terminar y no falta demasiado para eso.
DL —Sí, recibimos un informe hace unos días de una consultora importante cuyo diagnóstico, que es bastante de consenso, es que la demanda de derivados fósiles va a tener su pico en el mundo en menos de 20 años y después va a empezar a caer. Ese tipo de debates uno los tiene que dar, quizás esto haga recordar al debate de las patentes, que estuvo años en el Uruguay, estamos discutiendo refinería no y refinería sí y quizás el debate tenga que pasar por otro lado. Hay que pensar qué cosas tiene que hacer el país para modernizarse, lo que hablábamos del auto eléctrico, pero hay otro montón de desafíos. Parece que es importante que el debate vaya hacia ese lado y no agarrarse a un indicador y defenderlo a muerte y de repente estar en cosas que son de muy muy corto plazo.
EC —Volviendo a lo necesario por el lado de seguir acomodando la empresa y mejorando sus números, esas medidas de ajustes, de recorte que hay que adoptar, ¿qué pasa con la posibilidad efectiva de llevarlas adelante teniendo en cuenta la resistencia que ayer quedó de manifiesto en la conferencia de prensa con la irrupción de miembros de Fancap? ¿Cómo ve la relación con el sindicato en estos asuntos?
DL —Notoriamente resistencia hay, va a haber y es razonable que haya. Capaz que nadie hubiera querido que pasara el episodio de ayer, pero hay un buen diálogo con el sindicato. Lo que importa acá es entender, cada uno debe entender sus intereses y está bien, el sindicato defiende los intereses de los trabajadores y está bien que los defienda. Lo que tenemos que entender como directores de Ancap es que nosotros defendemos los intereses de Ancap, que son los de los accionistas de Ancap, que son los 3 millones de uruguayos. En esa discusión de intereses cada uno tiene que tener claro cuál es su papel, tratar de llegar a todos los puntos en común que se pueda y tomar las decisiones que vayan por el buen camino. Está claro que no se puede hacer todo lo que dice el sindicato, pero tampoco se puede pensar en no respetar derechos que en muchos casos están correctamente ganados y corresponde respetarlos. Creo que la relación con el sindicato hay que mantenerla, pulirla, seguir dialogando. Y en muchos casos se ha logrado, por ejemplo hoy no hablamos, pero el cierre de la empresa CABA, que era la empresa de las bebidas, se hizo con un acuerdo muy bueno con el sindicato, que actuó con una madurez muy buena y se llegó a acuerdos correctos. Creo que pasa por ahí la cosa.
RA —Usted recién mencionaba la experiencia de CABA y la definición de cerrar ese negocio, que no era prioritario para la empresa. ¿Hay otras unidades de negocio, otras empresas en que sea necesario considerar el cierre para seguir mejorando los números de Ancap y hacer los precios de los combustibles más competitivos en ese sentido?
DL —El negocio en Buenos Aires ya está bastante encaminado hacia eso, se entró en concurso, se liquidaron líneas de producción. Hay que poner arriba de la mesa también el tema de la regasificadora, notoriamente ya no tiene mucho sentido mantener la estructura de Gas Sayago. Creo que por ahí pasan las grandes cosas. Después hay algunas participaciones que tiene Ancap en algunas empresas, como por ejemplo la del gas natural, que probablemente tampoco tengan demasiado sentido seguir teniendo en el Uruguay del 2018 ni en el de los años que vienen. Pero no siempre es fácil salir de esas participaciones.
EC —Se refiere a la participación de Ancap en las empresas distribuidoras de gas por cañería.
DL —Por ejemplo en Conecta, son empresas que empiezan a no tener demasiado sentido, por lo menos empieza a no tener demasiado sentido que Ancap esté participando.
EC —¿Por qué dice eso? Gas por cañería va a seguir habiendo. ¿O no?
DL —Claro, la pregunta es si tiene sentido que Ancap siga subsidiando eso, con pérdidas todos los años. No sé si tiene mucho sentido esa participación. Hoy Ancap tiene el 45 % de la empresa. Entonces ¿hasta dónde tiene sentido? Creo que ahí hay que seguir dando pasos, analizando y viendo. Creo que con respecto a todas estas participaciones de Ancap en muchos negocios uno casi a diario tiene que preguntarse “¿por qué estoy acá?, ¿por qué estoy en este mercado?, ¿qué les estoy aportando a los uruguayos estando acá?”. Creo que en algunas de esas empresas uno se pregunta y no ve el valor agregado de estar ahí.
Fuente: En Perspectiva